NADIE ME VERÁ LLORAR, Cristina Rivera Garza
Joaquín Buitrago es un fotógrafo adicto a la morfina que en su juventud se dedicaba a retratar prostitutas y ahora retrata a los internos del Manicomio "La Castañeda". Ahí es donde se encuentra a Matilda Burgos, una mujer que conoció muchos años atrás en un prostíbulo.
Matilda vivía en la tierra de la vainilla, Papantla, pero por desgracias familiares tuvo que emigrar a la capital a casa de un tío suyo, Marcos. El mundo de Matilda gira más rápido que lo que ella se imagina y termina siendo una mujer errante que teje su vida en dos sitios: un prostíbulo y un manicomio.
Es interesante que la autora, realizó una tesis sobre la historia de este Manicomio, y plasma en e libro copia de varios de los expedientes clínicos de los internos, y ahí es donde encuentra el expediente de Modesta Burgos, a la que convirtió en la protagonista de esta novela.
“Nadie me vera llorar” se decía Matilda, eran sus palabras de aliento que le servirían para no decaer y seguir adelante, superando las adversidades cada vez que se sentía sola.
Matilda tuvo múltiples facetas: tomó clases de piano, sirvió de empleada doméstica, dama de compañía, empleada de una fábrica, prostituta. Tras una relación amorosa fallida, termina esquizofrénica y es ingresada en "La Castañeda".
Ambos protagonistas se unen para compartir sus recuerdos, sus dolores y sus vacíos.
"Todo fracaso comienza con la luz, con el deseo de atrapar la luz para siempre".......
Totalmente recomendable. 10/10
SINOPSIS:
Corre el año 1920 y Joaquín Buitrago, que por azares de su atormentada vida acaba dedicándose a fotografiar a los internos del manicomio La Castañeda, se topa de pronto, entre las mujeres a las que retrata, con Matilda Burgos. Obsesionado por la identidad de esta enferma, pues cree haberla conocido años atrás en el célebre burdel La Modernidad, trata de recabar información sobre ella. Como Joaquín descubre poco a poco, Matilda, nacida en los campos donde se cultiva la olorosa vainilla, llegó de niña a la capital para caer en manos de un pariente que la utilizó para poner en práctica una singular teoría médico-social. La marea de recuerdos, de la que va surgiendo la turbulenta existencia de Matilda, provoca también en el fotógrafo una reflexión sobre su propia vida y sobre los motivos de su dependencia de los narcóticos. Y tal vez atisben los dos un porvenir que los redima de la derrota moral y psíquica en la que ambos se encuentran. Sea como sea, el viaje al pasado habrá valido la pena.
Matilda vivía en la tierra de la vainilla, Papantla, pero por desgracias familiares tuvo que emigrar a la capital a casa de un tío suyo, Marcos. El mundo de Matilda gira más rápido que lo que ella se imagina y termina siendo una mujer errante que teje su vida en dos sitios: un prostíbulo y un manicomio.
Es interesante que la autora, realizó una tesis sobre la historia de este Manicomio, y plasma en e libro copia de varios de los expedientes clínicos de los internos, y ahí es donde encuentra el expediente de Modesta Burgos, a la que convirtió en la protagonista de esta novela.
“Nadie me vera llorar” se decía Matilda, eran sus palabras de aliento que le servirían para no decaer y seguir adelante, superando las adversidades cada vez que se sentía sola.
Matilda tuvo múltiples facetas: tomó clases de piano, sirvió de empleada doméstica, dama de compañía, empleada de una fábrica, prostituta. Tras una relación amorosa fallida, termina esquizofrénica y es ingresada en "La Castañeda".
Ambos protagonistas se unen para compartir sus recuerdos, sus dolores y sus vacíos.
"Todo fracaso comienza con la luz, con el deseo de atrapar la luz para siempre".......
Totalmente recomendable. 10/10
SINOPSIS:
Corre el año 1920 y Joaquín Buitrago, que por azares de su atormentada vida acaba dedicándose a fotografiar a los internos del manicomio La Castañeda, se topa de pronto, entre las mujeres a las que retrata, con Matilda Burgos. Obsesionado por la identidad de esta enferma, pues cree haberla conocido años atrás en el célebre burdel La Modernidad, trata de recabar información sobre ella. Como Joaquín descubre poco a poco, Matilda, nacida en los campos donde se cultiva la olorosa vainilla, llegó de niña a la capital para caer en manos de un pariente que la utilizó para poner en práctica una singular teoría médico-social. La marea de recuerdos, de la que va surgiendo la turbulenta existencia de Matilda, provoca también en el fotógrafo una reflexión sobre su propia vida y sobre los motivos de su dependencia de los narcóticos. Y tal vez atisben los dos un porvenir que los redima de la derrota moral y psíquica en la que ambos se encuentran. Sea como sea, el viaje al pasado habrá valido la pena.
SOBRE LA AUTORA:
Cristina Rivera Garza nació en Matamoros, Tamaulipas, México en 1964. Se graduó en la UNAM en Sociología y doctoró en Historia Latinoamericana por la Universidad de Houston. Fue profesora asociada de historia mexicana en la Universidad Estatal de San Diego (1997-2000). Profesora del Departamento de Comunicación y Humanidades y Co-directora de la Cátedra de Humanidades del ITESM campus Toluca (2004-2008) y actualmente es profesora de Escritura Creativa en el Departamento de Literatura de Universidad de California en San Diego.Ha sido acreedora a la Beca Salvador Novo 1984-1985, a la beca FONCA Jóvenes Creadores 1994-1995, en novela; y a la beca FONCA Jóvenes Creadores 1999-2000 en poesía. Pertenece al Sistema Nacional de Creadores Artísticos (2007). Sus investigaciones de corte histórico sobre las definiciones populares de la locura y la historia de la psiquiatría en México a inicios del siglo XX han aparecido en las revistas Hispanic American Historical Review, Journal of the History of Medicine and Allied Sciences, entre otras en Inglaterra, Argentina y los Estados Unidos.
Su obra literaria ha merecido los seis premios más importantes que se convocan en México.
Comentarios
Publicar un comentario